Personajes olímpicos (3) Eddie Edwards

Tercera entrega de la serie de "Personajes olímpicos" dedicados a deportistas que por una razón u otra fueron protagonistas en los Juegos Olímpicos .  Hoy os presento al ciudadano británico Eddie Edwards , más conocido como el "aguila" Edwards por su áspecto físico y también por su curiosa manera de saltar el trampolín.

Si hace un par de semanas tuvimos en este blog al más exitoso de los saltadores de trampolín, hoy por el contrario traemos al más desafortunado de ellos en esta disciplina . Aunque a la larga sus malos resultados deportivos fueron ampliamente recompensados.

Eddie "el águila" Edwards nació en Cheltenham (Inglaterra) en 1963. Inglaterra no tenía tradición alguna en la modalidad de los saltos en trampolín, pero Eddie de bien pequeño le atrapó la posibilidad de realizar saltos de todo tipo para lograr algún dia ser extra en las algunas de las películas que veía. No tuvo mucho hueco en esta profesión y para ganarse la vida empezó a trabajar como enyesador. Un día , viendo los saltos de fin de año de Garmish por la BBC quedó prendado de este deporte , y cómo estaba un poquitín zumbado decidió al día siguiente emular a los saltadores de trampolín. Empezó tirandose por plataformas elevadas (por ejemplo desde lo alto de autobuses abandonados o desde colinas con pendiente), con esquies y botas puestas pero sin la nieve necesaria para deslizarse .

En aquella época, mediados de los años 80 Gran Bretaña no tenía equipo de saltos de esqui , pero el señor Edwards no cejó en su empeño de seguir practicando y se fue él solo a un lugar con nieve : Lake Placid , una estación norteamericana que disponía de buenos trampolines.

Allí en un ambiente ya más profesional , encontró algunos handicaps : uno de ellos era que le dieron unas botas 3 tallas más grandes de su medida , pero lo solucionó poniendose 6 calcetines, otra circunstancia negativa era su peso y altura (82 kg por 1'83) , lo que le hacía un tipo poco aerodinamico. Además arrastraba una miopía importante que escondía trás unas espectaculares gafas de culo de vaso. Todo se le giraba en su contra para ser alguien en el mundo de los saltos de esqui. Pero todo no...

Cómo era el único británico en esta disciplina la Federación de su país, decidió que fuera a los Mundiales de Oberstdorf'87 . Evidentemente acabó último a una distancia abismal con respecto al ganador. La Federación britanica siguió confiando en él para Calgary '88 ...Gran Bretaña es un país sin casi tradición en los Juegos Olímpicos de invierno y querían estar presentes de algún modo en los de Calgary , y Eddie representaba para ellos la esencia del espiritú olímpico por su tesón y constancia. Además su historia fue altamente difundida por la prensa en aquel año 1987, convirtiendose en un personaje popular, eso le valió para encontrar diversos patrocinadores para que le costeasen sus viajes a Estados Unidos y sus entrenamientos.

En Calgary fue el primer deportista olimpico en representar a Inglaterra en los saltos de esqui. Allí ya fue una atracción por su peculiar y poco ortodoxo estilo en el salto: Eddie agitaba los brazos en el aire para no perder el equilibrio, a modo de águila .
Pero ese ligero aleteo no le sirvió para saltar demasiado lejos en los trampolines de 70 y 90 metros .
Evidentemente acabó el último en ambas pruebas, saltando 55 metros en K70 y 71 metros en K90 (a casi medio metro del campeón Matty Nykanen). Esas marcas por ejemplo , las alcanzaban con facilidad los alevines noruegos y finlandeses.
No obstante, Eddie se ganó el cariño del público canadiense (y también británico) en esos Juegos. Y su tesón , desparpajo y simpatia fue ampliamente recompensado en la ceremonia de clausura de los Juegos cuando el público (unos 100.000 espectadores) corearon su nombre ("Eddie, Eddie..) trás el discurso de Juan Antonio Samaranch, entoncés presidente del COI. Fue la primera vez que el nombre de un atleta fue coreado en este tipo de ceremonias , y no se trataba siquiera de un medallista.

Trás esos Juegos fue recibido cómo un héroe en Inglaterra : los medios de comunicación se lo rifaban (encontró hueco en talk shows en la radio) , los anunciantes también entre ellos la Coca Cola, escribió un libro autobiográfico, e incluso grabó una canción que él cantó en finés (a pesar de que no hablaba ese idioma) títulada "Mun nimeni on Eetu" ("mi nombre es Eddie") que en aquel país por ejemplo, llegó al número 2 de las listas, incluso estuvo medio año haciendo giras por bares y discotecas de Finlandia solamente para cantar esa canción finesa que se tuvo que aprender de memoria . Unos años después invirtió el dinero ganado fundando una compañía áerea , a la que llamó evidentemente "Eagle Airlines".

Intentó presentarse a Albertville'92, pero su aventura olímpica esta vez fracasó por culpa de una regla....que llevaba paradojicamente su nombre : "Eddie the eagle rule".
Fue por lo tanto , víctima de su propio fracaso (deportivo), ya que en 1990 el COI instauró esta regla , que llamó así "la regla del águila" , refiriendose al propio Eddie . Y que para no repetir el esperpento de que cualquier desconocido con un mínimo de entusiasmo pueda lograr colarse en unos Juegos , obligaba a los atletas a participar en competiciones internacionales y a clasificarse por lo menos una vez dentro del 30% de los primeros 50 clasificados. Evidentemente estas mínimas nunca las pasó Eddie , tanto en la cita francesa del 92, como en la noruega de Lillehammer'94.

Actualmente vuelve a estar de actualidad : su historia ha sido llevada al cine por el director irlandés Declan Lowney , y actualmente esta en fase de postproducción .
Además ha sido uno de los relevistas que portaron la antorcha en Winnipeg (Canadá) el mes pasado. La verdad el país canadiense sólo le trae buenos recuerdos de aquella gran cita del 88, incluso hace 2 inviernos estuvo muy presente en Calgary celebrando el 20º aniversario de la cita olímpica . Y este invierno han vuelto los Juegos de nuevo a Canadá...seguro que a Eddie (a sus 46 años) y trás esas gafas de culo de vaso , le seguirá picando el gusanillo del salto y remomerá viejos tiempos.